viernes, 3 de abril de 2020

Visita a los subterráneos del Muro de Berlín 2/6/2015

Hoy hemos visitado los subterráneos de Berlín en la zona norte donde estaba el Muro, no pongo fotos porque no se pueden hacer fotos de ello, pero nos han contado y hemos podido ver còmo la gente trataba de escapar ayudados de un movimiento estudiantil del lado occidental, primero les enviaban pasaportes falsos, hasta que cortaron esa vía, luego a través del metro convertido en verdaderas aduanas, se cerraban, luego a través del alcantarillado, se cerraba, luego los estudiantes comenzaron a excavar túneles desde occidente, los dos estudiantes más famosos fueron un italiano (Domenico Sesta) de intercambio que se empeñó en sacar a su novia de allí para lo que convenció a un colega de clase (Luigi Gigi) y excavaron un túnel de 123 metros con dinero de la NBC americana a cambio del reportaje a la salida, fue el túnel 29 por donde escaparon a la libertad su novia y otras 28 personas, después de salir en los medios un estudiante alemán(Joachim Neuman) le preguntó y él le dio el dinero sobrante que le habían dado los americanos y los datos necesarios para volver a excavar el mismo túnel, esta vez el estudiante era alemán y también quería sacar de allí a su novia, éste empezó a estudiar ingeniería para poder hacer el túnel, seis túneles tuvo que excavar, porque se le inundaban o los calculaba mal o le pillaban, empeñado en sacar a su novia construyó el sexto túnel, el más grande y espectacular (el túnel 57) y por donde salieron más personas,  53 personas, con su novia con la que se casò y vivió toda su vida, ahora esta jubilado después de haber participado en todo el posterior tunelado de Berlín y en el mismísimo túnel que conecta Francia con Inglaterra, y eso que solo quería hacer un túnel para sacar de allí a su novia!(Christa)
También hubo un abuelo de 82 de años que con sus amigos excavó el "túnel de los jubilados" tenía la particularidad de que medía 175 cm de alto .... Cuando le preguntaron porqué había perdido esfuerzo y tiempo en hacerlo tan alto contestò: porque nuestras mujeres tenían que salir de allí andando y con  dignidad.
Y muchas historias más que pone de manifiesto la crueldad de unos y la humanidad de otros y por supuesto los pelos de punta.
Si queréis más datos ir a verlo 
(Berlin unterwelten) 


jueves, 2 de abril de 2020

Covid19 y la campana de Gauss. 1 de abril 2020

Habéis oído al jefe de infecciosas del Vall DHebron en la tele ???? 

Dice que han calculado que en España habrá habido MILLONES de personas que hayan pasado la infección en su casa de forma leve y/o asintomática que no han sido “censados”.

Es lo que venimos diciendo tiempo.

El propio ministro Marlaska no ha sabido responder a esa pregunta en rueda de prensa y ha dicho que depende de cómo cuantifique las cosas cada país, y que por eso no se pueden hacer comparaciones entre países .... lo mismo es.

Si manejamos realmente esas cifras, no son los contagiados oficiales,  ni los curados  oficiales, son muchos millones más de ambos. 

Cuando el gobierno dice que hay 20.000 altas en España,  significa que hay 20.000 personas curadas que han salido del hospital, quedan fuera de esa cifra los millones de personas curados por sí solos en su casa que nunca sabrán lo que tuvieron o que creen no haber tenido nada.

En este escenario, las estadísticas y las cifras se desvanecen, sin restar por supuesto y nunca importancia y sensibilidad a los 10/ 12.000 MUERTOS, (menos yo que trabajo con ellos), no me interpretéis mal. Sólo que insisto otra vez en la baja letalidad del virus, y la subjetividad de las estadísticas. Y apelar a la calma y la serenidad de la  situación.

Estamos en la meseta de la curva, y eso es cierto, ahora la curva sería plana y luego debe de bajar.   

El hecho de que hoy haya habido  70 muertos más en España que ayer no es estadísticamente significativo, (esto es como el colesterol), mañana 70 más, pasado mañana 70 menos, bailan las cifran dentro de la desviación típica o estándar de una campana de Gauss.  y eso es normal, después de esto (x arriba x abajo ) empezará el descenso. 

Esto significa que vamos mejor. Que hemos llegado arriba de la curva, que los hospitales empiezan a estar “llenos pero no saturados”, ha dicho hoy la prensa. 

Y que sólo queda bajar. Porque  todo lo que sube baja. Según la ley de Newton. Así que ánimo ! Que queda la mitad. 

Si hemos podido hasta aquí ? Podremos con otro medio? No?

Pues claro.




Interpretación de las recomendaciones del Ministerio a los forenses acerca del cocid19. 28 de marzo 2020

Y ahora tengo irremediablemente que aclarar algo que está en las noticias de hoy: 
(Mira que me están dando trabajo.... )

“ El Gobierno ordena a los forenses no hacer autopsias y certificar las muertes sin test como no confirmadas”.

La noticia es real. La información es cierta. Comunicado del 28 de marzo. Adjunto abajo. 

Ahora vamos a interpretarla. 

Lo primero de que le diría a todo el mundo es:

 “ZAPATERO A TUS ZAPATOS”

(Nosotros no nos metemos en cómo hacen los demás su trabajo)

Dicho esto:

El Ministerio de Sanidad ha prohibido hacer “algunas” autopsias por el elevadísimo  riesgo de contagio.

Entonces (nunca el Ministerio le va a decir a un forense de que “tiene que matar” a sus pacientes”). Simplemente se desaconseja  la práctica de la autopsia. Y el forense tiene la potestad de decidir si la muerte es causada por covid , otras , covid es una concausa..., ... el paciente tenía 100 años y covid pero falleció por senectud, el paciente tenía 80 años y catarro pero falleció porque no era inmortal. Etcétera, etcétera.

Lo que recomienda es que,  si no hay test y el forense ha decidido que la muerte es covid ponga en el Informe “no confirmado” y si hay un test + ponga en el informe “confirmado”.

Es decir, que con mucho criterio, se recomienda no diagnosticar una muerte por covid sin autopsia ni test, y ya me parece excesivo que se ponga  “coVid no confirmado” en una muerte sin autopsia ni test. Porque lo más seguro es que no lo sea. Las muertes por covid son cristalinas. 

La muerte por covid es causada por insuficiencia respiratoria. Y en la autopsia (que no se hace, esos pulmones son incompatibles con la vida).

No tengo ninguna duda de  que mis compañeros  forenses saben hacerlo  muy bien.

No sé si me he explicado con claridad o se explican mejor los políticos, pero traducir esta Orden en “el
gobierno ordena a los forenses verificar muertes de covid sin test como muertes naturales para reducir la mortalidad y quedar bien” me parece una interpretación muy graciosa y pueril de la realidad. 

Insisto, a los forenses nadie nos “ordena” de que tenemos que “matar” a nuestros pacientes. 
 

De nada.




miércoles, 1 de abril de 2020

La mortalidad Covid19 es del 1%



La mortalidad del Covid19 es del 1%.

Se calcula que hay varios Millones de contagiados en España y de esos Millones han muerto sólo  8.000 personas. 
En china se estima (entre mi gremio que nos dedicamos a la muerte) que ha habido muchísimos más muertos de los que habrá en toda Europa junta pero sus criterios diagnósticos de muerte son muy diferentes.
La estadística es subjetiva. Y depende  del criterio de cada país. 
Aquí todos los mayores con fiebre o síntomas catarrales son certificados como muertes covid. “Sospechosa” o “confirmada” (dependiendo de si tiene test + o no tiene test).  Aunque tengan 103 años. El China no. 
Se puede  morir de causas naturales teniendo catarro, gripe, cualquier otro virus,  e incluso teniendo covid. Con más de 80 años la gente muere y puede tener covid (o sospecha) lo que no implica necesariamente que la causa de la muerte sea la insuficiencia respiratoria que produce el covid. Hay muchas otras causas. La comorbilidad existe. 

Y este es el día a día. Sin autopsia ni test difícilmente se puede hacer un diagnóstico de muerte acertado. 
La estadística es una Ciencia muy falsa. 

Por eso somos el país con más muertos, junto Con Italia que sigue los mismos criterios estadísticos diagnósticos, somos el país con más muertos estadísticamente hablando. No reales. 

Y no podemos saber los que mueren realmente por el virus o por otra causa (aunque tuviesen el virus)  por que no les hacemos autopsia. Y tampoco test. 

Hoy he visto una y no hace falta test. El destrozo pulmonar es incompatible con la vida. Pero como digo no hacemos autopsias ni test. Las primeras están prohibidas, los segundos es que no hay.

Ha sido una autopsia excepcional. 

Y dicho esto. No tengáis tanto miedo.

El 99%, repito: 99% se cura.  Y de esos el 70% NO presenta  ni síntomas. El cáncer, o la gripe común son mucho más mortíferos, El problema es el gran número de contagios, Así que muerto el virus se acabó la rabia...

Ánimo . Queda menos.

Estadísticas muertes y covid19




 La Covid-19 es ya la primera causa de muerte en España - 

https://elpais.com/ciencia/2020-03-30/la-covid-19-es-ya-la-primera-causa-de-muerte-en-espana.html

Y siguiendo con temas de actualidad, y para que no tengáis que leer, os resumo este artículo, que me he leído y diseccionado yo ya,  y cuyo título no es acertado,  pero que me parece acertado en cuanto al contenido y además maneja buenas cifras, a mí entender. 

Utilizando datos estadísticos y epidemiológicos oficiales, el Autor del Atlas nacional de mortalidad,  analiza la percepción de la magnitud de la enfermedad covid19.  

El autor  remarca la dificultad de conocer el número de personas que pudieran estar, o haber estado, infectadas en España por el virus, debido a la escasez de kits diagnósticos, así como la enorme proporción de casos asintomáticos que pasan desapercibidos a las cifras oficiales. 

De ahí el  enorme interés epidemiológico que nadie parece conocer con precisión.

Establece que esta controversia vienen dada por los distintos criterios utilizados por cada país para contabilizar sus defunciones por Covid-19, lo que hace difícil comparar la mortalidad por este factor entre países. 

Y, útilizando un informe del Centro Nacional de Epidemiología,  se concluyen que: el exceso de mortalidad observado en los últimos días no podía ser explicado solo por las defunciones atribuidas a la Covid-19.  Y que  la discrepancia podría ser explicada tanto por una potencial subnotificación de casos de Covid-19 como por los efectos secundarios de  la pandemia. Esto es:

Según publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número medio diario de defunciones durante el mes de marzo de los cinco últimos años es de 1.042. (800 muertes más diarias son perfectamente asumibles por nuestro sistema de salud).
Y aquí esto nos tiene que dar que pensar : en un país de 47 millones de personas esto no tendría que suponer un aumento significativo de la mortalidad anual , Y debe ser perfectamente asumible por el sistema.  
Anualmente en España no olvidemos que se produce de media 600.000 fallecimientos.!!!! Antes de Covid19. 






El Autor habla de que probablemente,  y debido al llamado “ efecto cosecha” en epidemiología, toda vez se atenúe la mortalidad causada por el virus, habrá un descenso de la mortalidad general, en comparación con otros años. 
Esto sería debido a qué  ya habrían fallecido (muertes aceleradas por el virus) aquellos que tendrían que fallecer después por otras causas.

 
El autor refiere también que el exceso de defunciones por Covid-19 estaría ocasionado también por un descenso de mortalidad por otras causas,  puesto que muchas personas que tendría que haber muerto este mes por otras causas, han muerto por causas atribuidas  al virus, por ejemplo, accidentes  de tráfico y laborales, o las muertes por causas asociadas a la contaminación ambiental. 

También se hace hincapié en las importantes diferencias geográficas en la mortalidad y, en consecuencia, posiblemente en los contagios reales de Covid-19. 


David Spiegelhalter, estadístico, ha cuantificado el impacto de la mortalidad por Covid.  
Para mi de manera infantil y de perogrullo, pero en cualquier caso, concluye certeramente que:  

* Para las personas más jóvenes la probabilidad de morir durante el próximo año es baja, por tanto el incremento de riesgo que le supone la Covid-19 también lo es. 


*Para las personas mayores o con patologías importantes previasel riesgo (no covid)  de morir ya es muy alto, y sumando al riesgo covid potenciaría muchísimo su riesgo de morir el próximo año. 

De ésta manera, cada persona,  pero sobre todo las del segundo grupo,  está acumulando parte de su riesgo anual de morir en sólo un par de semanas. Y además, los infectados por Covid-19 estarían concentrando su consumo de recursos sanitarios anual en sólo dos semanas. 

De este artículo se vuelve a extraer las mismas conclusiones: 

* Que ni los datos oficiales son reales, ni la alarma, a nivel nacional, en términos de “drama” y falta de recursos,  corresponde a la realidad de los datos. 

* Y que seguimos sin saber cuántos contagiados reales hay (Asintomáticos y sin test). 

* Que la mortalidad  covid es muy baja

* Que la falta de recursos sanitarios está concentrada en pocas zonas geográficas, sin estar aprovechando  los recursos de otras no saturadas. Que no lo están por mucho  que se empeñe la prensa y las redes sociales

*  Que el elevado número de muertos, estadísticamente hablando,  atiende,   como dice  artículo, a múltiples y complejas causas. 

* Que no se entiende que un país de 47 millones de habitantes, donde la media oficial de muertes anual es de casi 600.000 muertes al año, no se puedan gestionar 8.000 muertes más. Pienso que tenemos recursos de sobra para asumirlo, pero están mal gestionados

Gracias por su atención. 

Dra. S. Ll. Médico forense. 



martes, 27 de agosto de 2019

Del Open Arms a los turistas de Patera

Voy a hablar de  algo de lo que sé, oye! Que no es tan frecuente en las redes, eh! Y por qué lo sé ? Porque es mi trabajo. Y punto. 


“Esa gente” (bien comidos, turistas de patera, mercancía política de ONGs), que llega en “esos barcos” (piratas y mercaderes de personas) esos... llegan a estos países en lamentables condiciones físicas pero sobre todo mentales... tanto es así que hacen verdaderos brotes psicóticos, se desorientan y con una visión distorsionada de la realidad, acaban en manos de nuestros sanitarios de “las Personas Sin Hogar” que, como no lo sabéis os lo ilustro, son funcionarios de nuestro gobierno, médicos, psicólogos, enfermeros, trabajadores sociales etc... pagados por el Estado Español, y con la vocación en la sangre de ayudar. Trabajan en la calle. Les buscan ... Les localizan. Les atienden. Se ganan su confianza. Y después, les tratan con fármacos. Pagados por el Estado Español. Nunca jamás se les deporta, pero una vez se les convence de que SI, ellos también son seres humanos, y recuperan un mínimo de cordura y dignidad (después de las mafias, las deudas, las VIOLACIONES sexuales y la TRATA DE PERSONAS, a las que son sometidos algunos de ellos), os aseguro que cuesta mucho trabajo y dedicación ganarse su confianza. Entonces se les propone si desean voluntariamente regresar a sus países de origen.


Y sabéis lo más curioso?, la mayoría dicen que sí. Por qué? Porque esto no es lo que ellos creían, porque echan de menos a sus hijos, porque les gusta su tierra tanto como a nosotros la nuestra, evidentemente. Porque ellos también son PERSONAS con familias e hijos pequeñitos en su país. Porque en su país ellos eran los más pobres, pero ERAN personas integradas en esa sociedad, desconocida para nosotros, y con un estatus social, con identidad. AQUÍ no son NADA ni NADIE, no tienen si quiera la cualificación de personas. No existen. Son invisibles, no entienden el idioma, están SOLOS. Y acojonados. Y ese es el absurdo motivo por lo que quieren volver a su país. Pero no pueden porque su cultura les repudiaría si regresaran  con las manos vacías ... 


A muchos de ellos les detienen y están inmersos en procesos judiciales por delitos motivados por alteraciones de su salud mental propia del propio proceso en que se encuentran atrapados. Bien,  sabéis qué hacemos nosotros ?


Os lo cuento:


Nuestros equipos psicosociales les resuelven los procesos judiciales, los funcionaros  “vagos” españoles les preparan todos los papeles y ahí tenemos “abogados de oficio trabajando con nuestro equipo sanitario de las Personas Sin Hogar” los propios psiquiatras acuden a sus juicios para explicar su situación diariamente, y ese no es ni siquiera su trabajo. Pero van. Los trabajadores sociales solicitan al Estado 500 euros en efectivo, que se les da en un mano  a ellos cuando ya están mejor, y han decidido voluntariamente que quieren volver con su familia, (para poder llegar allí con ese dinero que mantendrá un año a toda una familia y así no ser repudiados), y además el Estado concede a los psiquiatras que les faciliten gratuitamente la medicación de salud mental para 1 AÑO, y además de todo eso: el billete de avión. 


Como  digo, es totalmente voluntario y siempre que no haya procesos judiciales en curso y tengan sus capacidades mentales plenas. Y sí, se van. Y sí, nuestros equipos contactan con ellos y les hacen un seguimiento. Y NO, no cuesta tanto dinero como creéis. Son dos duros. Hay presupuesto para eso y mucho más. Lo tenemos y por eso se lo damos. 

Os acabo de contar lo que nuestros funcionarios del Estado hacen día a día (patear las calles, buscarles, no dormir de noche, localizarles, invitarles a desayunar, ganarse su confianza, abrazarles, tocarles, hablarles con dignidad, tenderles su mano,darles un beso, convencerles de tomar medicación, y un largo etcétera, nuestros médicos, nuestros psicólogos, gente muy cualificada. Hacen eso, por un salario de funcionario o a veces por nada). 


Porque el sanitario, no os olvidéis, igual que os salva la vida a vosotros y a vuestros hijos (no lo hace porque seáis españoles ! Si alguno lo cree está equivocado), lo hacen porque sois seres humanos. Y ellos también. Y para nosotros, le pese a quien le pese, NO HAY NINGUNA DIFERENCIA. (Así lo juramos todos cuando hicimos el juramento Hipócratico). Si queréis médicos los tenéis que compartir. No somos de la propiedad de nadie. Nosotros no somos políticos. Somos sanitarios.

Espero haber aclarado algunas dudas al respecto de la controversia generada en relación a este asunto tan molesto para algunos. 


Nos vemos en los hospitales amigos. 

Y si puede ser a mi mejor que ni me veáis... 


DE NADA.




jueves, 12 de enero de 2017

Los que nunca nos queremos dormir



Algunas personas pertenecemos a ese grupo de falsos insomnes, nocturnos patológicos, autoimpuestos, esos que en realidad no tenemos insomnio alguno, pero que nunca nos queremos dormir. Somos de esos para los que cada mañana es el inicio de un viaje eterno hacia Nunca Jamás, un viaje repleto de obstáculos, prisas infinitas, monstruos gigantes, y todo tipo de trampas mortales que te quieren atrapar. Es el inicio de un juego de roll diario, donde lo único que cuenta es el tiempo, el tiempo y el dinero, donde todos, absolutamente todos los minutos tienen precio, y son, además, muy caros. Cada uno tiene su juego de roll particular, algunos se enfrentan a personajes pequeños que se llaman niños. Para otros su juego consiste en pasar pantallas de reuniones y reuniones, una tras otra, mientras una corbata trata de estrangularles y ellos deben concentrarse en la reunión a la par que en seguir respirando si quieren sobrevivir. Otros juegan a ser mamás, papás y grandes profesionales a la vez, con una vida extra, algunas veces, para ir al gimnasio e incluso para maquillarse, o al menos lo intentan, porque científicamente eso no es posible. Y así, cada uno va pasando sus pantallas como buenamente puede. Con más pena que gloria, con algo de angustia, y siempre con mucha prisa. Y el juego, además, dura todo el día, si pierdes tiempo no llegas y mueres, game over para ti, en esos casos se pueden recuperar las vidas acudiendo a un psicólogo, que tratará de reiniciarte, y de ese modo puedes volver a empezar. Con o sin vidas, siempre termina el juego al final de día. A veces muy al final del día, a veces tan al final del día que te queda poco para enlazar una partida con la siguiente, tan al final del día que deberías estar ya dormido, pero tú ni siquiera te has sentado a cenar. Pero sea lo tarde que sea, el tiempo del juego se detiene en algún instante concreto, siempre lo hace, aunque a veces parezca que nunca va a llegar, en ese momento sabes que el mundo se ha parado en seco, lo puedes sentir, es una sensación psicotrópica. La partida se termina cuando los niños duermen, cuando te has duchado porque incluso habías hecho deporte, y cuando aflojas esa corbata que durante todo el día ha tratado sin éxito de cerrar el paso del aire hacia tus pulmones oscurecidos por la contaminación de tu ciudad. El juego ha terminado, el tiempo se detiene, y es entonces que empieza para ti tu vida real, da comienzo ese momento de calma infinita y etérea, esa sensación de ser tú mismo, sin disfraces sociales ni máscaras, sin modales, sin reloj. Da comienzo el inicio de tu propio día. De tu vida fuera de Matrix. Es el momento de gloria para los que nunca nos queremos dormir. Si te duermes te lo pierdes, lo importante es no quedarte dormido, para ser consciente muy nítidamente de que no tienes nada que hacer, más que estar o existir, y respirar, si acaso estar sentado, o tumbado acariciando la pierna de tu pareja, mirando la televisión, un capítulo tras otro de tu serie favorita, tocar la guitarra un ratito más, y aún puedes incluso leer un libro ... Siempre hay una página después. Siempre hay otra canción. Por eso nunca nos queremos dormir, para que ese momento nuestro, tan privado e inviolable continúe existiendo, para que esa inmunidad no se agote nunca, no se detenga. No te acabes, por favor, no te acabes todavía, déjame sentirme un ratito más. Pero el tiempo, por desgracia, y a pesar nuestro, sólo se detiene en nuestra mente y en nuestra piel, pero sigue corriendo diligente en el reloj de la cocina, y no lo quieres mirar porque, en realidad, no quieres tener la certeza de que sólo te quedan 5 horas para volver a empezar de cero. Quizá menos. A los que nunca nos queremos dormir nos acaba venciendo el propio sueño, te atrapa como una tela de araña, siempre terminamos perdiendo esa lucha sangrienta y encarnizada en la que se enzarzan cada noche nuestro cerebro, que quiere seguir un ratito más, con nuestro cuerpo, que trata, por pura supervivencia, y a través de los párpados, de encerrarnos en una jaula nocturna durante unas horas, y siempre lo acaba consiguiendo, aunque nos resistamos a ello como pequeñas fieras. Si cierras los ojos tan sólo un momento estás perdido. Acabado. Es tu fin. Un pequeño descuido, y la próxima vez que seas consciente de algo, será de que tienes que levantarte y empezar de nuevo tu partida de roll. Es un momento trágico, te preguntas cómo ha podido pasar, si hace un segundo estabas viendo la televisión, tenías toda la noche por delante para ti solo, sin ninguna obligación, y ahora, sin más, te encuentras otra vez ahí, en el punto de partida, exactamente donde estabas ayer a esta misma hora, para volver a repetir las mismas cosas, a la misma velocidad. Para empezar de nuevo tu propio psicodrama. El despertar es un momento abrumador, en el que, o coges carrerilla, respiras muy hondo y saltas al vacío, o decides volver a cerrar los ojos para no depertarte nunca más. Pero no puedes demorarte en la decisión, porque el tiempo apremia, porque llegas tarde, porque hay atasco, porque un niño tiene hambre, porque el mundo te está llamando a ritmo de alarma de despertador. Y ahí estás tú, pensando en cuándo llegará de nuevo la noche para no dormirte.

Porque eso es, más o menos, lo que sentimos los que nunca nos queremos dormir ...

viernes, 4 de noviembre de 2016

De cerrar la puerta a los malos, y abrírsela a los enfermos…


 

Existen tantas opciones de personas con distintos tipos de personalidad combinadas con distintos tipos de enfermedades, como seres humanos habitan el planeta.

 

Combinaciones cruzadas entre personalidades de uno u otro tipo con enfermedades mentales, somáticas y mixtas. 

Nos gusta clasificar, necesitamos categorizar, es necesario para realizar  estudios, para saber, para comparar, para la vida en general. El mundo es un sistema clasificado. Todo está encasillado. Pero en el mundo de la categorización miramos tanto al pequeño encuadre que perdemos de vista el horizonte de la variedad, donde sólo allí, en el conjunto y en la diversidad, permanecen nítidos la razón y el sentido común.

Cuadraditos, nos gusta hacer cuadraditos.

Y en uno de esos cuadraditos metemos nosotros a la enfermedad mental, dentro de un cuadrito bien cerrado y bien estigmatizado. Porque siempre ha sido así. Y al ser humano le cuesta cambiar lo que “siempre ha sido así”, y mucho. 

 

La enfermedad mental existe desde que el hombre es, o aún no era ni hombre. Al igual que la enfermedad somática. Y desde que existe ha venido siendo duramente castigada y estigmatizada por la sociedad en general. Y, por qué? O mejor dicho, Por quién?

 

Por todos nosotros. Por la cultura. Por la sociedad. Por la educación. Por la sanidad. Por la Política. Por el sistema. Por los propios terapeutas. Por la gente de la calle. Por los medios. Por el Marketing. Por la publicidad. Por los propios enfermos. Por ti que estás leyendo esto.

 

Todos somos en parte responsables de mantener viva la llama que encendieron nuestros ancestros, aquellos que no poseían las herramientas de las cuales nosotros gozamos ahora, el Conocimiento y la Ciencia.

La incultura, la religión, el sentimiento mágico, la búsqueda de una alternativa a la ciencia que no tenían, les llevó a encasillar la enfermedad mental dentro de aquel cuadradito de lo mágico, de lo supersticioso, de lo sobrenatural. 

Porque aquella enfermedad que ellos no podían ver con los ojos no la podían explicar. Durante siglos se bautizaron a las distintas enfermedades mentales como apariciones, posesiones demoníacas, castigos divinos, brujería, enfermedades que enviaban los dioses... Y que se curaban con los mismos argumentos, exorcizar personas,

potingues, pócimas, corrientes eléctricas, agua, frío, torturas, fuego, … y sobre todo, aquello que no se podía curar… aquello que por tanto daba más miedo… había que esconderlo, bien escondido, y si me apuras, a lo sumo, mejor era quemarlo en una hoguera y hacerlo desparecer. Las cosas que no conocemos nos dan miedo, y lo que da miedo cuanto más lejos mejor…

Lo hicieron en la Edad Media con las brujas; lo hicieron en el Siglo de Oro con los exorcismos; lo hicieron en los siglos XVIII y XIX con las trepanotomías y los oscuros y tétricos manicomios, esos que aún utilizamos en Halloween para dar miedo, porque daban muchísimo miedo, intuyo que mucho más a aquellos que permanecían encerrados dentro que a los de fuera; lo hicieron los nazis hace dos días;  y, no nos engañemos, lo hacemos nosotros en 2016 manteniendo cerradas, bajo llave y escondidas las unidades psiquiátricas de prácticamente la totalidad de los centros y hospitales de nuestro País. Un atisbo de luz y esperanza asoma sólo sobre el techo de la unidad psiquiátrica del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, que desde 1990 estableció los criterios de Unidad Abierta con un acompañante permitido (como el resto de unidades), a ellos se sumó el Hospital de Inca, en Palma de Mallorca hace dos años, ambos parecen querer avanzar hacia la civilización y el futuro al dejar sus puertas abiertas. 

La Arrixaca, seguida de Inca, han sido pioneros en levantar el cerrojo a las puertas blindadas que flanqueaban sus unidades psiquiátricas, para que sus pacientes también puedan ver el mundo tal y como lo ven los demás enfermos. Estos dos Hospitales han iniciado esa labor interminable e impagable, y a la vez visionaria, y futurista que es acabar de una vez con el estigma de la enfermedad mental.

 

Ambos se han decidido a respetar y cumplir nuestro vigente  Código Penal que en su artículo 147 dice “que la enfermedad mental se equipara a todos los efectos con la enfermedad física o somática”.

Y asimismo se han comprometido a acatar la Constitución Española en uno de los pilares básicos en el que se asientan sus cimientos. Concretamente en su artículo 17 que garantiza el derecho a la libertad de todos los españoles y residentes en territorio español,  y la no, en ningún caso, privación de la libertad, sino en los casos y formas previstas por la ley.

 

Esto no se cumple en las unidades psiquiátricas del territorio español, que, obviando este Artículo Constitucional, y cualquier otro principio básico de humanidad, dignidad,  e igualdad entre las personas, y en este caso concreto entre los pacientes, privan de la libertad impunemente a sus enfermos mentales, haciendo con ello un guiño lejano a aquellos manicomios terroríficos y escalofriantes de siglos  pasados.

 

La Virgen de la Arrixaca, es pionera en España en dejar entrar la luz a través de sus persianas, en dejar que los rayos de sol les acaricien la cara a sus enfermos. Y no hay duda de que, junto con el hospital de INCA, marcarán el camino que seguirán el resto de las unidades y centros del país, como así ya se hace en muchos países de Europa.

 

Pero no sólo continuamos anclados en ocultar la enfermedad mental, por la vergüenza, por el miedo, por el desconocimiento, porque aun hoy en día vemos a diario cómo los  familiares de un paciente con cáncer cuentan en las redes sociales cómo su ser querido ha perdido el pelo, y cómo está superando la quimioterapia, podemos observar cómo sus amigos se afeitan la cabeza en señal de apoyo y solidaridad, vemos lazos rosas en sus fotos de perfil, y cómo los padres de esos enfermos han leído 25 manuales acerca de la enfermedad de su hijo, y han casi estudiado media carrera de medicina para entender y poder vislumbrar algo de luz al final del túnel.

 

Pero no es así cuando nos encontramos ante el enfermo mental, aquí nadie pone fotos en las redes de un paciente contenido, de un electroshock. Nadie dice “qué bien, mi hijo ya no escucha las voces”. Nadie quiere que se sepa que su ser querido es un “loco”, y es que acaso lo es?

Pocos investigan, pocos leen, la mayoría no recuerdan siquiera el nombre de la enfermedad que le han diagnosticado a su hijo. Nadie estudia 25  manuales... Nadie quiere saber nada. Y si puede ser, incluso tratarán de negar la enfermedad. “No, mi hijo no tiene nada”. 

Como no lo veo no lo tengo, no lo ves pero está ahí, delante de ti. O es que tú acaso puedes ver la Diabetes? La Diabetes no la ves y a nadie asusta. Nadie la esconde bajo llave.  Nos imaginamos por un momento una unidad de medicina interna cerrada? Los pacientes estarían aterrados, qué angustia no?, nerviosismo generalizado, agitación, revuelo, quejas, ataques de ansiedad, el otro que quiere fumar, la familia que no puede entrar y no se entera de los horarios…. Pero menudo caos, no? … Uy, pero si es exactamente lo que pasa abajo en la primera ……en psiquiatría…. Ah pero ahí no pasa nada. Si allí no se enteran, como están locos. Si se quejan les medican y listo.

A quién le va a importar. Nos debería importar a todos. Y mucho.  

Y la vergüenza?  No hemos hablado mucho de la vergüenza, del bochorno, volvemos a la quinta planta, nadie se avergüenza de una Diabetes. Por qué nos avergonzamos entonces de una enfermedad mental? La culpa es compartida. La culpa es de todos.

 

Qué nos hace tener miedo del enfermo mental? El desconocimiento, la alarma mediática, la prensa sensacionalista que por sí misma diagnostica a las personas en sus titulares…

“Un esquizofrénico mata a …. “ 

Cuántas veces hemos oído decir que un hombre con dermatitis ha matado a alguien?  …. Yo nunca.

 

A propósito de casos como el de German Wings, o el de ayer mismo en el que el Tribunal Supremo considera inimputable a un hombre que asesina macábramente a dos niños pequeños a golpes contra sendas paredes, y que, además, padecía una enfermedad mental, hay que aclarar de una vez por todas que los enfermos mentales no matan, normalmente matan personas con una enfermedad, o sin ella, ya sea mental o de otro tipo. 

Quién mata? Mata la enfermedad o mata la persona?

Pues habrá que verlo, pero raramente según las estadísticas, es la enfermedad la que mata. La enfermedad a los únicos que mata, por desgracia,  es a los que la sufren. 

Ellos mismos sufren tanto que algunos terminan con su propia vida. Casi siempre sin hacer daño físico a nadie más. En contadas ocasiones es la enfermedad la que mata, que las hay, pero no son siquiera estadísticamente significativas. No más que en otro tipo de enfermedades. Seguramente encontremos más asesinos en serie con úlcera gástrica que con una esquizofrenia. 

 

Casi siempre es la persona la que mata, y que además padece alguna enfermedad física o mental.  

El mero hecho de padecer una enfermedad mental no hace a uno directamente inimputable para todos sus actos. Ni  le inmuniza para la responsabilidad penal. Raramente lo hace.

 

Un psicópata puede ser un asesino de niños, y casualmente ese asesino de niños puede padecer un lupus, una hepatitis, una cardiopatía, o  tener una úlcera gastroduodenal, o una esquizofrenia. Es que acaso la Diabetes le hace a uno culpable de haber matado? 

Y por qué iba a hacerlo una esquizofrenia persé? Esquizofrenia, esa enfermedad que sufre, o padecerá  el 1% de la población mundial … Si miras a tu alrededor, en tu vecindario habrá dos, en tu colegio, en tu clase, en tu trabajo, por todas partes, integrados en tu vida, en la sociedad, en el mundo, a tu lado, serán algunos de tus amigos, y los habrá en todas las familias…. Y es que acaso van matando niños? No, la respuesta es simplemente no.

No porque no son asesinos. Ni psicópatas.  Son personas con un trastorno psíquico, con uno u otro diagnóstico determinado, y no con la condición humana de asesinos. 

 

Con el estigma no sólo erramos en veredictos y sentencias, si no que destruimos además la ya dificultosa y tórpida integración social de estos enfermos, sus ya ralas oportunidades laborales, e incluso relacionales, sus hobbies. Les estamos poniendo la zancadilla, y un montón de piedras en el camino de llevar una vida normal. Nosotros no les estamos dejando avanzar, todos, desde los políticos que cierran bajo llave las unidades de estos enfermos,  con la llave de la regresión y del retroceso. Los propios terapeutas que consideran no imputable a un asesino sólo y por la mera existencia de un diagnóstico. Pasando por familiares y amigos, medios de comunicación y todo el resto de la sociedad al completo.

 

Y además generamos la alarma, el miedo y la repulsa hacia este tipo de enfermedades.

“Mi vecino, el esquizofrénico, uy! qué miedo¡, … te da miedo también el vecino del quinto? Si, ese que tiene cáncer terminal, ah ese no? Pues debería darte más, tiene peor pinta. Y el del tercero, el VIH? Bueno, eseeeee un poco sí, no me acerco a él, pero el del sexto … ay el del sexto, el de las voces, a ver si nos va a matar, que yo tengo dos niños”.  

Dios Bendito. Año 2016. Capital de España. Cualquier comunidad de vecinos.

Ni ser malo ni ser un asesino está reñido ni  es incompatible con sufrir una enfermedad psíquica.  

Pero no al revés, la enfermedad mental no te convierte en un asesino.

Datos estadísticos cedidos por la Dra. Ana I. Gutierrez Salegui.* “En el año 2012, 3.549 personas se quitaron  la vida en España (contando sólo los datos registrados en el INE). De ellas a penas ninguna hizo daño a nadie más que a sí misma”. Con alguna excepción, pero son sobre todo casos de Violencia de Género que no ocupa esta sección. 

Y ya que nos gusta tanto clasificar, hagamos cuadraditos por enfermedades, categoricemos por enfermedades mentales:

Empecemos por la depresión, “según el European Study of the Epidemiology of Mental Disorders (ESEMeD) (Alonso et al. 2004) el 25% de los europeos han sufrido o sufrirán un trastorno del estado de ánimo en su vida”. Es decir, que si en este momento abriéramos los ojos y nos diésemos una vuelta sobre nosotros mismos, la cuarta parte de todas las personas que viésemos en esa vuelta, tendrán, o habrán tenido a lo largo de su vida, o tienen de hecho, un trastorno depresivo. 

Pues está confirmado que ninguno de ellos hará daño a  nadie  más que a sí mismos y si acaso lo hiciesen. Los únicos que sufren son ellos, y mucho, ya lo suficiente como para además cargarles con el peso del estigma y la marca de la vergüenza, con la penitencia del miedo, y de la privación de la libertad.

“En cuanto a los trastornos de ansiedad generalizada, tan sumamente frecuentes, no asocian ningún tipo de instinto homicida”.

Respecto de los trastornos psicosomáticos ni entro a comentarlo, como cita literalmente mi amiga y compañera la psicóloga Ana I. Gutierrez Salegui: “entre las enfermedades psicosomáticas están el colon irritable, la rinitis vasomotora, dermatitis y un largo etcétera entre los que sí, también se incluyen problemas de visión. Veo muchos trastornos psicosomáticos en mi consulta, y nunca se me ocurriría preguntar si su síntoma, enfermedad o problema les provoca ganas de matar. Como todos los anteriores, quienes sufren son ellos.”

Turno para los enfermos con T. bipolar, “(estudio realizado por Jillian Peterson, publicado en la revista Law and Human Behavior), de 429 casos analizados bajo tres tipos de enfermedades, los investigadores descubrieron que únicamente el 3% de los delitos estaban asociados con la depresión (desesperanza y pensamientos suicidas), el 4% con la esquizofrenia (alucinaciones y delirios) y el 10% con la bipolaridad (impulsividad y conductas de riesgo). En los casos estudiados, las personas cometían la mayoría de los delitos por pobreza, marginalidad o consumo de drogas, no inducidos por NINGUN síntoma de su enfermedad.”

 

En conclusión, no existe diferencia estadísticamente significativa entre la incidencia de los delitos cometidos por ese colectivo y los que hubiésemos podido cometer las personas sin enfermedad mental alguna pero con las mismas condiciones de marginalidad,  pobreza o drogadicción. 

“También el Estudio MacARTHUR”,(trabajo multidisciplinar, EE.UU.) arrojó dos predictores para la conducta violenta: uno la psicopatía y otro, el haber sido víctima de malos tratos durante la infancia”.

Y qué decir de los trastornos de personalidad? Pues para empezar que no son patologías mentales, y para terminar que son imputables y responsables de sus actos, puesto que no tienen ninguna dificultad para diferenciar el bien del mal, entendiendo siempre más allá de que tengan una mayor o menor dificultad para el control de sus impulsos. 

Sin embargo, también la mayoría de las personas con un T. de personalidad psicopático son inofensivos,  y no llegan más allá de cometer delitos menores. La palabra psicópata NO es, ni mucho menos, sinónimo de asesino en serie. 

“La Asociación Americana de Psiquiatría (APA), defiende que, “la mayor parte de las personas violentas no sufren enfermedad mental y que con tratamiento, la persona con trastorno mental no es más peligrosa que la población general“.

Y la OMS estima que el 25% de la población mundial padece o padecerá algún tipo de trastorno mental a lo largo de la vida. 

Llegados a este punto podemos afirmar con rotundidad que el enfermo mental es un colectivo vulnerable, estigmatizado y, en su casi totalidad, inofensivo, al que aún mantenemos oculto y encerrado bajo llave y del que seguimos avergonzándonos, y que además nos da mucho miedo y repulsión. Mis propias palabras según las escribo me resuenan en mi conciencia como metralla, las escribo con el color de la vergüenza ajena. Pero es así. Y en nuestra mano está cambiarlo de una vez y para siempre.

Y cómo hacerlo? Empecemos por mantener bien informada a la población general, a los niños en los colegios, acerca de la enfermedad mental. Luchemos juntos por la integración de todos, laboral y social. Y relacional en todas las esferas.

Que la gente lea, que la gente escuche, que la gente lo vea en la televisión. Que sepan qué es una enfermedad mental, que conozcan este tipo de dolencias igual que conocen las somáticas, que presuman en las redes sociales de la mejoría de su hija con T. bipolar, de su padre que ha dejado de sufrir aquellas alucinaciones, de su prima que, por fin, toma su medicación correctamente, de su amigo ése que ya no ha vuelto intentar quitarse la vida.

Que se obligue a los medios de comunicación a desechar el morbo de la enfermedad mental. Que nunca más un titular verse así: “hombre con esquizofrenia mata a otra persona”,  igual que ninguno versaría nunca así: “mujer con acné asesina a su bebé”, porque no hay ninguna diferencia.

Que abramos las puertas de nuestras unidades psiquiátricas, que nuestros pacientes reciban la misma luz que los demás, el mismo aire, la misma brisa, las mismas oportunidades de decidir que quieren curarse por sí mismos. 

La oportunidad importantísima e imperiosa, de verse autónomos en sus decisiones, y responsables de ellas, porque no son niños ni incapaces en su mayoría, hagámosles sentir valientes, fuertes, y decididos a querer curarse. Que tengan la oportunidad de ser partícipes de su propia evolución, por deseo propio, porque quieran hacerlo. Del mismo modo que lo ha hecho ese muchacho de Facebook con su leucemia. Porque ellos también se quieren curar, porque ellos también necesitan aire, y luz, cariño, y amigos, visitas, comer y beber y fumar, todo exactamente todo lo mismo que necesitan los demás pacientes de nuestro hospital, porque todos y cada uno de ellos necesitan las mismas cosas. En todo el hospital, en todos los hospitales, en todos los países. 

Y porque en nuestro País sólo los delincuentes están encerrados y ellos, que yo recuerde, recordadlo también vosotros, son enfermos y no delincuentes.

Que de una vez por todas y entre todos hagamos entender a la población que los enfermos mentales tienen mucho más miedo de nosotros que nosotros de ellos, que son inofensivos, que no se escapan, y que están expuestos y vulnerables, asustados, angustiados, y sufriendo mucho, sin comprender qué les sucede, ni porque, a veces ni dónde están, en manos de unas personas de las que desconfían, porque les privan de sus derechos fundamentales, de su propia libertad, y tienen mucho, mucho miedo.  Y que no… no son contagiosos.

Podremos desestigmatizar y comprender la enfermedad mental el día que el ser humano pueda ser capaz de asumir y aceptar la bondad y la maldad como algo inherente a nuestra especie. Asumir y aceptar que existen personas buenas y otras no tanto, algunas muy malas, personas capaces de cometer actos atroces y dantescos, que sobrepasan el entendimiento humano, capaces de violar, asesinar, descuartizar, herir, torturar, matar niños, y animales… Los hay, existen, sí, y nadie tiene la culpa de que estén en nuestra sociedad, dejemos de intentar ocultar esa evidencia axiomática bajo la etiqueta de la “enfermedad mental”. Para sentirnos mejor con ello, para tener dónde encasillarles, para tenerles en un cuadradito metidos, y que de allí no vayan a escapar. Para no tener la certeza de que alguien pueda realmente  ser así de malo. No, eso es imposible, es mejor que esté enfermo.  Y eso no es justo. Cada palo que aguate su vela. Y las etiquetas fuera. Y las casillas también, y  las clasificaciones y las categorizaciones, y los cuadraditos. Cada paciente es distinto, pero igual que el otro. 

Y sobre todo y ante todo, respetemos el hecho de que el enfermo mental goza de los mismos derechos y privilegios que tú y que yo. Tú y yo que estamos en ese  75% de población que no  padece ningún trastorno mental,… todavía.


*Referencia al post Dra. Salegui

http://hayderecho.com/2015/04/05/el-tratamiento-informativo-de-la-enfermedad-mental-en-accidentes-o-delitos/

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Dra. Sylvia Lladó Almiñana 


 

sábado, 8 de octubre de 2016

Se puede uno morir de amor? ... El síndrome de Tako-Tsubo



Sí se puede uno literalmente morir de amor ... Suena romántico pero no. 
Tener el "corazón roto" es una metáfora pero se refiere a un intenso dolor emocional que se puede sentir ante una ruptura sentimental.

Sin embargo el corazón también se puede romper físicamente ... Por desamor...
Los científicos lo han denominado como «síndrome del corazón roto» o miocardiopatía de Tako-Tsubo. 
Fue descrita en los noventa, en Japón, y la verdad que se trata de una patológica no tan poco común como parece si no más frecuente de lo que podríamos pensar. 

Esta patología se caracteriza sintomatológicamente por los mismos síntomas clásicos de un infarto cardíaco.
El típico dolor en el pecho, disnea, opresión torácica, dolor en brazo izquierdo... Sin embargo y a diferencia del del infarto, es benigna y no suponen afectación del riego cardiaco de ningún tipo ni obstrucción de las coronarias.

Supone una respuesta a una situación de estrés muy intenso, y súbito, lo cual provoca la liberación repentina de grandes dosis de catecolaminas, que son similares a la adrenalina ( que provoca la contracción intensa del ventrículo izquierdo).
La mayoría de los enfermos que lo sufren mejoran en pocos días.

Parece ser que el riesgo de sufrir este síndrome es mayor durante el primer mes tras una ruptura sentimental. Y disminuye drásticamente a partir del año. 

Por otro lado y paradójicamente también se ha demostrado que se puede sufrir este síndrome por alegría desmesurada ... Una intensa emoción.... 

Sería excepcional como causa de muerte lo que no exime de la misma, tan sólo tiene un  2% de mortalidad, pero sí puede ser mortal. 

La prevalecía de este síndrome es de un 90 % en mujeres postmenopáusicas que han vivido un evento estresante. 

El tratamiento consiste básicamente en reposo y betabloqueantes, en general evoluciona bien, rápido y sin secuelas. 

Tomaros las cosas con calma y buscaros un buen abogado.. Y un psicólogo argentino ... Y sobre todo un sustituto rápido ... No merece la pena morir de amor. 😎