sábado, 8 de octubre de 2016

Se puede uno morir de amor? ... El síndrome de Tako-Tsubo



Sí se puede uno literalmente morir de amor ... Suena romántico pero no. 
Tener el "corazón roto" es una metáfora pero se refiere a un intenso dolor emocional que se puede sentir ante una ruptura sentimental.

Sin embargo el corazón también se puede romper físicamente ... Por desamor...
Los científicos lo han denominado como «síndrome del corazón roto» o miocardiopatía de Tako-Tsubo. 
Fue descrita en los noventa, en Japón, y la verdad que se trata de una patológica no tan poco común como parece si no más frecuente de lo que podríamos pensar. 

Esta patología se caracteriza sintomatológicamente por los mismos síntomas clásicos de un infarto cardíaco.
El típico dolor en el pecho, disnea, opresión torácica, dolor en brazo izquierdo... Sin embargo y a diferencia del del infarto, es benigna y no suponen afectación del riego cardiaco de ningún tipo ni obstrucción de las coronarias.

Supone una respuesta a una situación de estrés muy intenso, y súbito, lo cual provoca la liberación repentina de grandes dosis de catecolaminas, que son similares a la adrenalina ( que provoca la contracción intensa del ventrículo izquierdo).
La mayoría de los enfermos que lo sufren mejoran en pocos días.

Parece ser que el riesgo de sufrir este síndrome es mayor durante el primer mes tras una ruptura sentimental. Y disminuye drásticamente a partir del año. 

Por otro lado y paradójicamente también se ha demostrado que se puede sufrir este síndrome por alegría desmesurada ... Una intensa emoción.... 

Sería excepcional como causa de muerte lo que no exime de la misma, tan sólo tiene un  2% de mortalidad, pero sí puede ser mortal. 

La prevalecía de este síndrome es de un 90 % en mujeres postmenopáusicas que han vivido un evento estresante. 

El tratamiento consiste básicamente en reposo y betabloqueantes, en general evoluciona bien, rápido y sin secuelas. 

Tomaros las cosas con calma y buscaros un buen abogado.. Y un psicólogo argentino ... Y sobre todo un sustituto rápido ... No merece la pena morir de amor. 😎



La buena prensa del cannabis. Dejarías a tu hijo jugar a la ruleta rusa?








"Me llamo Raúl, tengo 16, y vivo en A Coruña. Estoy a full en el festival SOS48 de Murcia. He venido con mi hermano mayor y sus amigos. Mi madre me ha regalado el viaje por mi cumpleaños. Está siendo genial. Nunca había fumado y llevo tres días fumando porros, mi hermano dice que puedo, que pastillas no, porque son peligrosas, y aunque ellos toman yo aún no debo, pero los porros no pasa nada. Mi madre sabe que él fuma. 


Además me sientan genial, me río mazo. 


Hoy nos hemos sentado en la terraza del hotel a tomar unas birras, yo casi no bebo, prefiero fumar, y mi hermano dice que mejor no mezcle. Ha pasado algo. Ayer, de pronto, empecé a sentirme raro, era como si me saliese de mí, no sé, me sentía distinto, como si no fuese yo, como si me viese desde fuera, además empecé a oír un ruido, parece una voz lejana, me molesta mucho, no sé qué dice, creo que tengo algo en el oído, pero me angustia, por eso he bebido más cerveza y fumo también ... a ver si se quita de una vez, pero hoy me sentía peor. Ahora el ruido lo distingo, me dice algo, no sé qué es, pero me da miedo. Estando sentado en la terraza del hotel me ha entrado pánico, alguien venía por mi, en serio, venían a por mí ... Y he saltado ....... He saltado ......






Es jueves.


Me despierto en una cama de hospital.


Es el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia. Estoy ingresado en la unidad de Psiquiatría. Están mis padres aquí.


Han venido de A Coruña.


Les llamaron para decirles que su hijo de 16 años había sufrido un brote psicótico y había saltado de un primer piso ....


Mi madre no para de llorar.


Primero me asusté por si me decían eso de que no iba a volver a andar, pero estoy bien, sólo me he roto la pierna, no me duele. No siento nada. Las voces siguen ahí sin embargo, pero más lejanas, otra vez no sé qué dicen... Pero las oigo. Los médicos dicen que me han puesto una medicina, se llama antipsicóticos, y me encuentro muy cansado. Me da pena mi madre. Dicen que ha sido por los porros. Pero si yo nunca fumo!!, ha sido sólo esta vez y además mi hermano decía que podía ... Estoy muy preocupado. Me han dado el


alta ... Nos vamos a casa, dicen que estoy estabilizado y que ya puedo irme a casa para que me vean los psiquiatras de allí. Pero las voces aún están... Los médicos han dicho que pueden pasar 3 cosas ahora. Una es que se me quite y no me vuelva a pasar y todo este bien, otra que estoy se repita de cuando en cuando ... Y tenga que tomar medicación, y la otra es peor, que puede que desarrolle esquizofrenia, sé lo que es porque un primo de mi madre tiene, está viviendo en un centro, yo no quiero irme allí, me he puesto a llorar, quiero estar con mi madre, y si pasa eso? Qué voy a hacer ! Me quiero morir. Tengo mucho miedo. Y si las voces nunca se van? Por favor, por favor, Dios haz que sea la primera y nunca más fumaré. Quiero ir con mi madre. Mi hermano dijo que podía... Soy un buen chico, no quiero ir al psiquiátrico....


Pero aún tendré que esperar un par de meses para saber si mi disparo llevaba una bala...."






El 15% de los adolescentes consumidores de cannabis, puntual o habitualmente, sufre ideas de persecución y/o alucinaciones auditivas.






Un consumo puntual con dosis altas puede provocar una psicosis tóxica, que en el mejor de los casos, será un episodio autolimitado que no deje secuelas.






En consumidores habituales el riesgo se multiplica por tres.





Los adolescentes consumidores de THC tienen un 40% más de posibilidades de desarrollar aquella enfermedad mental a la que estuviesen predispuestos genéticamente. 






El 85% de los pacientes que han sufrido un primer brote psicótico mantendrán trastornos psicóticos crónicos como la esquizofrenia.






En sujetos predispuestos el consumo precoz de canabis (en adolescentes) adelanta en hasta 7 años la aparición de la esquizofrenia ( una enfermad cuyo pronóstico es mucho peor cuanto antes aparece).






En adultos el riesgo de trastornos disminuye, que no desaparece, porque el cerebro está desarrollado y más preparado para tolerar la agresión y los cambios cerebrales a nivel fisiológico y bioquímico que produce el THC, no así en cerebros adolescentes cuyas conexiones están en pleno apogeo y se verían interrumpidas por el THC .... Para siempre.






No hace falta tomar alucinógenos para tener un brote psicótico.... Ni para desarrollar una esquizofrenia ... Basta la predisposición genética y darle un porro a un adolescente, y digo uno, para destrozarle la vida y la de su familia para siempre. 






Él canabis es la droga que más trastornos mentales crónicos produce en los adolescentes.






Y ahora, vas a seguir dejando a tu hijo jugar a la ruleta rusa ????
















No se dice "loco"...



Queréis hacer un ejercicio? 
Es un ejercicio de imaginación.
Lo suyo sería hacerlo de verdad pero a parte de complicado podría llegar a ser antijurídico. Así que a imaginar se ha dicho...

A ver si sois capaces de experimentar una sensación concreta que tengo en mente.

Empezamos, es un día cualquiera, quizá hoy, o mañana, te levantas tarde, tu pareja no está, habías olvidado que hoy tenía una reunión más temprano.
Haces tu rutina habitual, desayunas, te duchas, te vistes y sales hacia tu trabajo. Todo parece normal. Es un día cualquiera. Hasta aquí bien.
Al llegar al trabajo, al tuyo, a ese al que levas años acudiendo a diario, sucede algo muy extraño.
Nada más entrar por la puerta ves a dos hombres, parece que te miran, como si estuvieran esperándote, parecen amables pero su presencia te incomoda de pronto, quiénes son ? Policías ? Habrá pasado algo?
Te preguntan tu nombre, y te piden amablemente que les acompañes a una sala.
Todo se te antoja muy raro, miras a tu alrededor, ves a los compañeros de siempre que también te miran distinto hoy...
Qué está pasando aquí?
Entras en la sala y te sientas, los dos hombres te preguntan quién eres, tu nombre, el de tu pareja y tu profesión, respondes a todo, pero ya menos amablemente, esto no te gusta.
Entonces, ellos te preguntan que desde cuándo crees tú que trabajas allí? 
Y tú respondes: desde cuándo CREO??
Cómo que CREO??? Trabajo aquí desde hace 3 años, no lo creo, estoy seguro! Qué está pasando ? Qué quieren ?
De pronto comienzas a angustiarte, pero la angustia aumenta mucho cuando escuchas: "y desde cuándo cree usted que mantiene una relación con esa persona?"
Ahora sí empiezas a asustarte. 
Te explican que esa persona no es tu pareja, que tú no trabajas allí, y que nunca lo has hecho, que la que crees que es tu media naranja es, de hecho, una persona que te ha denunciado y tiene una orden de alejamiento, y te sacan los papeles de la denuncia. 
Los miras absolutamente atónito, no das crédito a lo que oyes, ni a lo que ves, los papeles parecen reales. Qué es esto? Una broma macabra ?
Intentas hacerles ver que la broma no tiene ya ninguna gracia, que ya basta, pero, al parecer, no es una broma, te dicen que van a llevarte a un sitio donde te tendrás que quedar por un tiempo, pero no te dejan llamar a nadie, ni a tu pareja. Claro, es que dicen que no es tu pareja! Ya no aguantas más esta historia. 
Pides un abogado, te dicen que "bueno, ya veremos, tú estate ahora tranquilo"...
Ahora es cuando empiezas a llorar, gritas, y efectivamente, como cualquiera en tu situación habría hecho, gritas, a quien pueda oírte, que tú eres quien eres, que estás casado, que trabajas allí! 
Cuanto más gritas tú más te sujetan ellos, ahora estás tan nervioso que intentas escapar, no entiendes nada, pero quieres salir de allí, y quieres hacerlo ya, sólo quieres irte a tu casa. 
Pero no te dejan, te dicen que estás muy  agresivo, y que no estás bien, que tienen que ponerte unas sujecciones, que no pasa nada, que sólo es temporal, y que en el hospital, si te calmas, te las podrán quitar. Que allí te van a tratar muy bien y que debes confiar en ellos. Que todo esto es por tu bien.
Calmarte? Cómo puedes calmarte si ya has intentado explicarles de mil formas y maneras quién eres, no te escuchan. Nunca te habías sentido tan vulnerable, ni tan solo, ni tan impotente. 
Estás solo. Y lloras. Tienes una sensación de desesperacion indescriptible, la angustia y el pánico se apoderan de tí. Quieres descargar tu rabia en una pared. Lo haces y te dañas la mano. Crees que te la has roto. 
Y entonces ellos te sueltan y te dicen:
"Tranquilo, ya ha pasado todo, sólo era un experimento, ya te puedes marchar, tu pareja te está esperando en la puerta".


Miras hacia el frente y la ves, te sonríe y te saluda con la mano, ellos te dan una palmada en la espalda mientras te dicen: "Bien, acabas de vivir y sentir lo que vive y siente una persona con esquizofrenia".

Lo habéis podido sentir?
Os ha dado miedo?
Os habéis sentido solos? Habéis intuído el pánico? 

No se dice "loco", se dice enfermo.
No son más peligrosos ni agresivos que tú en la misma situación. Ellos no dan miedo, ellos son los que tienen miedo. 

No se dice "loco".

La paradoja de la depresión.


María tiene 38 años, es rubia, y es bastante guapa, vive en un chalet a las afueras de Madrid, también tiene dos hijos, Claudia de 5 años y Marcos de 10. Son unos niños muy buenos y son guapos además. Luego está Pancho, su perro, es un perrajo de esos pequeños, no sé de qué raza, ladra mucho y es bastante pesado. Su marido es un  chico alto, moreno, y militar. La casa está bastante bien, y tienen dos coches de marca. También tienen abuelos, y una chica que limpia la casa.  Se quieren mucho. Una buena pareja con unos bonitos hijos, y un perro muy pesado. 

Esta historia empieza el día en que yo conocí a María.

La conocí tarde, pero la conocí. Se llamaba María y la conocí colgada de una cuerda de tender la ropa, en la terraza de su casa. Era rubia y era bastante guapa.

Eran las siete de la tarde  cuando sonó mi teléfono, yo estaba de compras con una amiga, el teléfono sonó y, bueno, claro, tuvimos que irnos, mi amiga quiso acompañarme. Cogimos  mi coche, y treinta kilómetros después estábamos en casa de María.

Recuerdo que estaba atardeciendo, en la puerta había dos niños, bastante desorientados, eran pequeños y sí, eran bastante guapos. También   había un perro muy pesado que ladraba sin parar. 

Yo conocí a María colgada de una cuerda de tender la ropa, estaba fría y pálida, y bastante rígida.

Pero María no siempre había sido así…  

María había sido bastante guapa.
Había llegado a ser alegre, y divertida, y hubo una época en la que iba al gimnasio y se maquillaba mucho, y además solía salir los jueves con sus amigas a tomar algo.

María era una chica de esas a las que uno diría que la vida la había tratado bastante bien.

Conoció a su marido siendo bastante joven, él era militar, pero lejos de de tener un carácter autoritario o agresivo era un tipo encantador, la trataba bastante bien, podría decirse que la trataba pero que muy bien.

Él estaba muy enamorado. Y  ella también.

Cuando nació Claudia algo cambió. Ella se puso muy triste después del parto, al principio pensaron que era lo normal, una depresión postparto. Y tal. Pero con el tiempo no pareció mejorar demasiado. 

Ella siempre estaba bastante triste.
Tenía sus épocas, a veces estaba mejor, a veces estaba peor…. Pero en fin, iba tirando, ya se sabe, dos niños, la casa… Mucho  lío y, bueno, pues una está cansada... es lo normal.

Ella iba al psiquiatra y su médico de familia le controlaba la medicación.
Pasaron varios años en los que la depresión iba y luego venía, y luego volvía a ir…. Y así Claudia cumplió 4 años y, bueno, todo parecía funcionar. No como antes claro, pero en fin, funcionaba y la vida iba pasando, sin pena ni gloria.

La gente hacía esas cosas que tanto ayudan a los enfermos: “Tienes que esforzarte, tienes que vestirte y maquillarte y tienes que salir María.” – decían.
“María,  la culpa es tuya, todo está en tu cabeza hija, depende de ti. Si no lo haces tú nadie puede hacerlo por ti…  Es que no entendemos  qué te pasa… Lo tienes todo... Ojalá yo tuviera tu vida tan maravillosa…  Es que no quieres a tus hijos? …. Mira a tu alrededor… lo de ese vecino con cáncer, eso sí que es una tragedia, lo tuyo no es más que tontería… Ya vale… Espabila...  Venga María… Vamos, vístete...  María sal de casa... María  maquíllate…  María es tu culpa… María María María María María ….”

Y María no pudo soportar más tanta presión…porque,  lejos de ser culpable de su enfermedad,  lejos de tener el remedio en su mano como todos decían, lejos de poder controlar su tristeza como todos pensaba,  lejos de poder  hacer nada por sí misma para solucionar su problema…. Resultó que tenía una enfermedad y, oh,  sorpresa, las enfermedades, incluida la depresión, no están en nuestra imaginación…. Quizá no las  podamos  ver a todas como a los virus, en un microscopio pero existen, incluso  tienen su base científica y todo… anda!, sí,  se trata de un desequilibrio  en los neurotransmisores… algo en el cerebro que se descontrola…. Cómo podía  María regular sus neurotransmisores??? Es que acaso podía?? Si claro que sí, podía regular los neurotransmisores  de su cabeza de la misma forma que el paciente oncológico puede regular su cáncer, maquillándose o saliendo por ahí… No es así?
Alguna vez alguien oyó “si no te curas del cáncer es porque no quieres?”
María no podía controlar su depresión saliendo por ahí…. Ni maquillándose. Igual que el paciente con sida no puede sacarse el virus de su cuerpo ni aumentar sus CD4.... Pero eso la gente no lo sabe porque le gente, en general, no es médico, y sobre todo, porque la gente en general, quiere ver a María en la calle, riéndose y cuidando de sus hijos…. Y no tiene otro modo de hacerlo que intentando animarla. Es comprensible y bienintencionado, pero incorrecto.

Quizá a María habría que haberle dicho: “Quédate en la cama y no hagas nada María, no pasa nada, estás enferma y no tienes por qué hacerlo… Quédate en la cama María, no te pintes, no te levantes y deja que las medicinas hagan el resto.” 

Pero María tiene dos hijos, que son bastante guapos y además las depresiones no se ven y seguro que tampoco es para tanto…. No se puede ser tan egoísta, hay que sacar fuerzas de donde no las hay  y tirar para adelante, mucha gente tiene cosas peores y sale… Los niños en África no tienen para comer … Y mucha gente no puede tener hijos y ella tiene dos!! …Y mira... Abandonados los tiene...

María era rubia y era bastante guapa.

María se levantó una mañana  y se tomó unas pastillas…   por suerte duró poco, su marido estaba siempre muy pendiente porque además la quería mucho. Y se percató, luego en el hospital hicieron el resto, el lavado gástrico y el carbón activo dejaron a María lista para volver a intentar maquillarse y salir. "María ya te vale. No lo vuelvas a hacer."

María pasó a ser vigilada las 24 horas como corresponde, tras su pertinente ingreso en la planta de psiquiatría, claro está, ya no la dejaban nunca sola, ni a sol, ni a sombra.

Pasaron largos meses en los que María estaba siempre acompañada. Pero eso no alejaba su tristeza, porque su tristeza no dependía de ella, ni de lo acompañada que estuviese, ni de lo que había a su alrededor, dependía única y exclusivamente su enfermedad… Y ésta estaba intentado ser controlada con medicación y sesiones de psicoterapia, que parecían no empezar nunca a surtir el efecto esperado…

De momento la medicación era nueva, y ya se sabe… esas pastillas tardan tres semanas en empezar a hacer efecto… Paciencia…. Y vigilancia…

Y mientras tanto, a María se le terminó de venir el mundo encima… la culpabilidad se apoderó de lo poco que quedaba de ella… su enfermedad terminó por invadir toda su psique… no había lugar ya para nada más, a ello contribuyeron convenientemente todos los que animaban a su alrededor… “María vístete, María maquíllate, María dúchate, María lávate ese pelo, María vamos a pasear, María mira a tus hijos, María no lo vuelvas a hacer, María, María, María”.

Y resulta que  María estaba ya muy cansada y no quiso pelear más.

María era bastante guapa, ya lo he dicho, pero resulta que además era bastante lista. Y aunque María no tenía ya fuerzas para pelear, ni ganas, ni nada, la nueva medicación le dio un poquito de aire fresco, apenas nada. Lo suficiente. Justo el ápice de aire que necesitaba. Justo la energía exacta para “ponerse bien del todo”. Y se puso “bien del todo”.  María se levantó por la mañana, se duchó, se vistió, se maquilló… Sonrió, hizo el desayuno incluso,  abrazó a sus hijos…Y les acompañó a la escuela, junto con su marido.
Al día siguiente tuvo fuerzas para seguir “estando bien del todo”…  Y volvió a hacerlo todo perfecto. Todos estaban felices y contentos, porque por fin, María estaba “bien del todo”.

Al cabo de tres días María estaba muy cansada ya, pero gracias a la medicación, que le dio ese pequeño aliento y a que todo su entorno estaba tan feliz de verla bien… ella logró un cuarto día levantarse maquillarse vestirse… y pedir lo que fue definitivo para valorar su curación…. “Puedo ir a clase de yoga????”
Sí! Quería ir a clase de yoga, María por fin estaba “bien del todo”, ahora sí, llevaba meses sin ir a clase de yoga, su mayor hobbie… Su marido no se lo pensó… Y se fue solo a por los niños, total eran 20 minutos y ella salía ya mismo hacia su clase de yoga... Él iba con un brillo nuevo  en los ojos, el brillo  de la esperanza.

Pero María nunca salió de casa, María se despidió de su marido, y cerró la puerta. 
Ahora sí que estaba cansada…muy cansada, ahora ni la medicación nueva era ya suficiente para dar un solo paso más… Cuatro días de estar “bien del todo” son agotadores para cualquier paciente con depresión. Ahora ya no tenía fuerzas para dejar una nota. 
Ahora era libre, la libertad le había costado cuatro días de estar "bien del todo", con sus desayunos, comidas y cenas, con sus tres noches, sus maquillajes y sus duchas, con su levantarse de la cama y asomarse a ese abismo infinito que es el mundo, la libertad le había costado cuatro perpetuos e ímprobos días, y tres noches. Y  esta vez no pensaba fallar.

Yo conocí a María colgada de una cuerda de tender la ropa. Era una cuerda de color verde. Ella era rubia y era bastante guapa.