Curiosidades forenses.
Antes de la muerte de un individuo se produce un conjunto de fenómenos que constituyen lo que denominamos LA AGONÍA, en este estado agónico y hasta la muerte se van perdiendo todas las funciones vitales y por tanto los sentidos, la curiosidad es que el moribundo agónico no ve, no habla pero SI OYE.
Esto significa que la persona cuando ya parece muerta, a veces, aún puede oírnos, ya que es el último sentido que se pierde.
Sí, no perdáis la oportunidad de despediros de alguien en sus últimos momentos, o incluso justo después.
Estar ahí y despedirse es lo último que recordará, porque lo oirá incluso habiendo ya perdido otras funciones vitales, hasta la respiración.
Acompañad a esa persona hacia su luz blanca
hablándole mucho.
Sí, hay que hablar con los muertos. Ellos te hablan.
Yo lo hago.
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